Obeliscos de la Luna
Los obeliscos de la Luna son un supuesto conjunto de estructuras sólidas encontradas en las fotografías de la superficie lunar tomadas por la sonda Lunar Orbiter 2 de los Estados Unidos, el 20 de noviembre de 1966. Los "obeliscos" fueron descubiertos por William Blair del Boeing Institute of Biotechnology al examinar fotografías tomadas en diferentes ángulos por el Lunar Orbiter 2, razón por la cual también se las llama Blair Cuspids.
Algunas personas afirman que el conjunto de estructuras está
organizado siguiendo un patrón geométrico como si éstos hubieran sido
colocados allí por seres inteligentes. La hipótesis de que su origen es
extraterrestre, sin embargo, es considerada pseudocientífica por la gran mayoría de los astrónomos.
Introducción
Capiteles que sobresalen sobre el Mar de la Tranquilidad, provocando unas sombras alargadas. La fotografía fue tomada por el Lunar Orbiter 2 el 20 de noviembre de 1966. |
Una fotografía tomada por el Lunar Orbiter 2 a una altitud de 23 millas sobre la superficie lunar en el Mar de la Tranquilidad, muestra ocho supuestos capiteles. Según la NASA
el área de la fotografía es de 740 por 540 pies y las coordenadas
lunares son 15 grados 30’E y 40 grados 30’N. Puesto que las cámaras del
Lunar Orbiter 2 apuntaban directamente sobre los capiteles sólo se
pueden apreciar las sombras. Según la NASA el Sol se encontraba al
momento de la fotografía a 11 grados sobre el horizonte lunar. Se ha
afirmado que "los científicos rusos que examinaron las relaciones
geométricas entre los objetos encontraron que los números 3, 4 y 5
tienen exactamente la misma disposición de las pirámides de Keops, Kefrén y Micerino en Gizeh, Egipto". Sin embargo, una simple comparación entre ambas,
desmiente ese hecho. Se ha estimado que el "obelisco" más alto, el
número 7, tiene una altura aproximada de un edificio de 15 pisos. Sin
embargo, estimaciones más conservadoras cifran la altura del mayor
artefacto en 13,2 metros, lo que es compatible con el tamaño de otras formaciones rocosas halladas en la Luna.
Otra fotografía tomada por la sonda soviética Luna 9 en 1966 sobre el Mar de las Tormentas,
supuestamente muestra un arreglo de elementos sólidos del mismo tamaño,
situados en línea sobre la superficie lunar y equidistantemente
separados. Las fotografías del Luna 9 fueron tomadas el 4 de febrero de
1966, después que la sonda alunizara en el Mar de las Tormentas,
revela dos líneas rectas de rocas equidistantes que parecen marcar la
pista de un aeropuerto. Estas rocas circulares son idénticas y están
posicionadas a un ángulo que produce una fuerte reflexión de la luz
solar.
Al examinar las fotografías, el científico ruso, S. Ivanov, laureado
con un premio del estado e inventor de las filmaciones en estéreo en la
Unión produjo una imagen tridimensional usando fotografías del Luna 9
tomadas desde ángulos ligeramente diferentes.
Con el efecto estereoscópico, Ivanov y el ingeniero A. Bruenko
afirmaron que la distancia entre las estructuras 1 y 3, y 2 y 4 es
igual. Las piedras son idénticas en tamaño y no parece haber una colina
cercana desde la cual las piedras pudieran haber rodado y separado
formando patrones geométricos.
Las imágenes del Luna 9 fueron las primeras tomadas desde la
superficie de la Luna, y son de tan baja calidad que es muy difícil
sacar las conclusiones mencionadas arriba. Está tomada a ras de suelo, y
muestra simplemente unas piedras de pequeño tamaño cercanas al lugar de
alunizaje de la sonda.
Críticas
La mayoría de los astrónomos no considera que los supuestos obeliscos
sean artificiales. Piensan que, al igual que ocurrió con la supuesta Cara de Marte,
se trata de un análisis precipitado basado en fotografías que no tienen
la resolución suficiente. Si, por ejemplo, una colina se encuentra en
el borde de un cráter, su sombra se alarga enormemente al proyectarse
ésta en la pared interior del cráter.
El astrónomo Carl Sagan escribió, al respecto:
Durante la época de los aterrizajes lunares del Apolo, muchos aficionados -propietarios de pequeños telescopios, defensores de los platillos volantes, escritores para revistas aeroespaciales- estudiaron detenidamente las fotografías aportadas en busca de anomalías que hubieran pasado inadvertidas a científicos y astronautas de la NASA. Pronto hubo informes de letras latinas gigantes y números árabes inscritos sobre la superficie lunar, pirámides, caminos, cruces, ovnis resplandecientes. Se hablaba de puentes en la Luna, antenas de radio, huellas de enormes vehículos reptantes, y de la devastación provocada por máquinas capaces de partir los cráteres en dos. Cada uno de esos fenómenos, sin embargo, resulta ser una formación geológica lunar natural mal interpretada por analistas aficionados, reflejos internos en la óptica de las cámaras Hasselblad de los astronautas y cosas así. Algunos entusiastas lograron discernir las largas sombras de misiles balísticos... misiles soviéticos, decían en inquieta confidencia, dirigidos hacia Norteamérica. Resulta que los cohetes, descritos también como «agujas», son las montañas bajas que proyectan una larga sombra cuando el Sol está cerca del horizonte lunar. Con un poco de trigonometría se disipa el espejismo.
Acusaciones de falsificación
Varios teóricos de la conspiración han acusado a la NASA de alterar
las fotografías del Lunar Orbiter para ocultar estructuras lunares
artificiales en la cara oculta de la Luna.
Sin embargo, autores escépticos como James Oberg
y otros, han puesto en evidencia contradicciones en estos testimonios.
Por ejemplo, uno de los supuestos testigos, Carl Wolfe, afirma haber
visto las fotografías censuradas a mediados de 1965. Pero las cinco
naves Lunar Orbiter que fotografiaron la Luna a alta resolución lo
hicieron entre agosto de 1966 y agosto de 1967.
Previamente no se habían obtenido fotografías de alta resolución de
la cara oculta. Otros supuestos testigos similares, como Donna Teitze
Hare, incurren en contradicciones similares o dan explicaciones vagas.
Todas las fotografías captadas por los Lunar Orbiter están disponibles para científicos, y público en general, en Internet.
Obeliscos lunares en ciencia ficción
- En la película 2001: Una odisea del espacio un monolito que estuviera enterrado en la Luna por millones de años es descubierto en el cráter Tycho.
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