Incidente ovni de Manises
El incidente OVNI de Manises o caso Manises fue un avistamiento de origen desconocido ocurrido el 11 de noviembre de 1979, que provocó que un vuelo comercial tuviera que hacer un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Manises (Valencia).
Los hechos
El suceso lo protagonizó un Supercaravelle de la compañía TAE (ya desaparecida). Este vuelo, el JK-297 con 109 pasajeros, procedía de Salzburgo (Austria) y había hecho escala en Mallorca antes de seguir rumbo a Tenerife.
A medio camino y sobre las 11 de la noche, el piloto Francisco Javier Sáenz de Tejada
y su tripulación observaron una serie de luces rojas que se dirigían
hacia la propia aeronave. El rumbo de colisión de este presunto
artefacto provocó un gran nerviosismo en la tripulación. El comandante
pidió información sobre las extrañas luces, pero ni el radar militar de Torrejón de Ardoz (Madrid), ni el centro de control de Barcelona pudieron dar una explicación del fenómeno.
Para evitar una posible colisión, el comandante elevó su aparato,
pero las luces hicieron lo mismo y se colocaron a apenas medio kilómetro
del avión. La imposiblidad de hacer una maniobra para esquivarlas
provocó que el comandante se viese forzado a desviar su rumbo y
aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Manises. Era la primera vez
en la historia que un avión comercial se veía obligado a aterrizar de
emergencia debido a un avistamiento ovni, ya que el no identificado estaba violando todas las normas básicas de seguridad.
Las luces detuvieron la persecución antes del aterrizaje. Tres formas
no identificadas fueron detectadas finalmente por el radar. El tamaño
de aquella forma luminosa fue calculado en unos 200 m de diámetro, y fue
observado por numerosos testigos. Una de las extrañas formas pasó muy
cerca de la pista de aterrizaje. Incluso se llegaron a encender las
luces de emergencia en previsión de que aquél fuera un vuelo no
registrado en apuros.
Ya el día siguiente, sobre las 0.40 horas, un Mirage F-1 despegó de la cercana Base Aérea de Los Llanos (Albacete) con el objetivo de identificar el fenómeno. El piloto, Fernando Cámara, capitán del Ejército del Aire, tuvo que aumentar su velocidad hasta 1,4 mach
para finalmente distinguir una forma troncocónica que cambiaba de
color, aunque enseguida el artefacto desapareció de su vista. El piloto
recibió información sobre un nuevo eco del radar, que indicaba que un nuevo objeto, o quizás el mismo, estaba sobre Sagunto.
Cuando el piloto se acercó lo suficiente, el objeto aceleró y
desapareció de nuevo. Pero esta vez, el objeto fue detectado por un
radar ajeno concretamente de onda continua como los que usan los
misiles. En términos de defensa esto se considera una operación
agresiva. Finalmente, ocurrió lo mismo por tercera vez, y esta vez el
ovni desapareció definitivamente rumbo a África. Tras hora y media de persecución, y debido a la falta de combustible, el piloto tuvo que volver a su base sin resultados.
El informe que elaboró el Ministerio de Defensa de España incluye un avistamiento de un testigo anónimo el día 11 de noviembre de 1979, la misma madrugada, desde la parada de San Adrián de Besós del autobús Barcelona-Granollers, en la confluencia con la carretera nacional de Barcelona a Mataró,
sobre las 20h 15mn, ante varias personas más que esperaban el mismo
autobús. El testimonio afirma que tres o cuatro minutos después la zona
quedó a oscuras. Incluyó dibujo en su carta al Ministerio. Así como
también incluye el informe del Ministerio de Defensa una referencia a
una noticia aparecida en el Diario Pueblo
del día 21 de noviembre de 1979, sobre una observación de una luz por
un mecánico de Soller, con fotografías incluídas, tomadas la misma
madrugada del día 12 de noviembre de 1979.
Repercusión pública
A lo largo del último medio siglo ha habido múltiples testimonios
similares de otros pilotos que han vivido situaciones similares, y se
les supone suficientemente preparados para afrontar estos hechos. Sin
embargo, en esta ocasión el peligro parece que fue demasiado evidente.
Esto, sumado al hecho de que los medios de comunicación estuvieran
saturados en aquella época de noticias ovni, pudo influir tanto en la
tripulación del aparato como en la opinión pública. Por eso hay que
comprender que se realizara una operación tan extrema como el aterrizaje
de emergencia.
Posibles explicaciones
Hay múltiples explicaciones de este suceso: desde los que creen que
el fenómeno ovni consiste en la visita de habitantes de otros mundos
hasta los que piensan que aquellas luces no eran más que astros
nocturnos o fenómenos meteorológicos, aunque de estos últimos fenómenos
no hay ninguno conocido que tenga la dinámica de las luces del caso
Manises.
Los escépticos explican el bloqueo electrónico del Mirage F-1 basándose en que estaba estacionada en la zona la Sexta Flota de los Estados Unidos con un potente sistema de guerra electrónica, pendiente de los sucesos de la crisis de los rehenes en Irán.
La explicación oficial vendría gracias al expediente del Ejército del Aire, que sería desclasificado años después, en agosto de 1994. El asunto llegó incluso al Congreso de los Diputados, cuando en septiembre de 1980 el diputado Enrique Múgica pidió una explicación de lo ocurrido.
El dictamen del Ministerio de Defensa descartaba la hipótesis del
reflejo, debido a que había otras luces que igualmente deberían haberse
reflejado. Así mismo descarta la de otro avión, un helicóptero, la VI
flota (el mando de la misma remite carta notificando su ausencia de
dicho espacio aéreo, pág. 0017 del informe), y contempla pálidamente
otras hipótesis, como estrellas, etc. Sin embargo, concurren
circunstancias como ecos de radar y contacto visual desde tierra (el
mismo Capitán juez las vio, pues estaba de guardia) que hacen esas otras
hipótesis bastante débiles. El dictámen final es claro: existió "...No
se ha podido averiguar el origen de las referidas luces y descartada la
hipótesis de que pertenecieran al posible helicóptero antes mencionado
debido a la velocidad desplegada, estas confirman la existencia de un
tráfico no controlado en la zona, de procedencia desconocida".
Sin embargo, la respuesta que recibió el diputado socialista
Enrique Múgica difiere levemente, pero en forma substancial de este
dictamen, llegando a afirmar que no existe prueba de la existencia
física del objeto, sólo de 'luces'. Hay que hacer constar que en ese momento el informe era "materia clasificada".
Una de las explicaciones más recientes de los hechos, auspiciada por la Fundación Anomalía,
afirma que las luces vistas por la tripulación del Supercaravelle
JK-297 eran en realidad las llamaradas de las torres de combustión de la
refinería de Escombreras, junto a Cartagena.
No obstante, a las tripulaciones aéreas se las supone suficientemente
preparadas para reconocer cuando una luz tiene un origen fijo en el
suelo o tiene un movimiento a velocidad similar a un avión, imposible en
el caso de una llamarada de una refinería. Esta hipótesis tampoco
concuerda con la circunstancia de que un reactor militar saliese en
busca de objetos sólidos, observados visualmente desde tierra,
fotografiados, y registrados en el radar. El suceso no está cerrado y
sigue siendo fruto de debates y todo tipo de explicaciones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario